- Blog home
- >
- Videoconferencias
- >
- ¡Cycle 4 Life 2021 es un éxito mundial!
El sábado 21 por la mañana, estaba sentado en una cafetería de Crawley, Inglaterra, junto a mi esposa esperando ansiosamente un mensaje de texto que dijera que el resto del equipo había llegado a la estación de tren. No tenía ni idea de cómo iban a desarrollarse los siguientes seis días. Supongo que esto es muy parecido a la vida de la mayoría de nosotros, es decir, tenemos una idea de lo que creemos que nos depara el futuro. Sin embargo, no lo sabemos realmente, como tampoco lo sabía una familia de Irlanda del Norte cuando nuestra amiga y colega Anastasia recibió la noticia de su cáncer de mama solo seis meses después de dar a luz a su hijo Mark. Doce meses después, con tan solo 31 años, Anastasia, por desgracia, perdió su lucha contra el cáncer, y dejó atrás a su marido David y a su hijo de 18 meses, Mark.
Al principio, nuestra principal motivación era simplemente hacer algo, ya que no podíamos despedirnos de Anastasia ni homenajearla. A medida que se desarrollaba la pandemia, nos dimos cuenta de que teníamos que actuar. Nuestro deseo de actuar, junto con las repercusiones mentales y físicas que esta enfermedad puede tener en las personas, nos hizo pensar que la forma más adecuada era un desafío que concientizara sobre la actividad física y la salud mental. La Dra. Ruth Anderson, autora de “The Cycling Mind”, afirma que el ciclismo tiene una relación clara y directa con la actividad física y la buena salud mental, e incluso un paseo corto es una excelente manera de combatir el estrés de la vida cotidiana y mejorar el bienestar psicológico. Así se creó el desafío Cycle4Life 2021.
Nuestro grupo de amigos se reunió y decidió apoyar a dos organizaciones benéficas maravillosas, Macmillan Cancer Support y Mind UK. Nos decidimos por un recorrido difícil, que terminaba en la Calzada de los Gigantes en Irlanda del Norte, ya que Anastasia vivía en ese país. Luego, empezaron a surgir las ideas: “recaudemos 15 000 dólares para organizaciones benéficas”, “hagamos algo a nivel mundial e invitemos a las personas de manera virtual a aceptar su desafío”, “deberíamos integrar una aplicación de ciclismo en Webex para poder rastrear y felicitar a las personas”. Todos estábamos entusiasmados con esto, pero no teníamos ni idea de en qué se convertiría.
La lista de tareas que había que hacer era enorme pero, por suerte, Cisco es el mejor lugar para trabajar a nivel mundial por una razón; todas las personas a las que les pedimos ayuda u orientación dijeron que sí. Creamos espacios de Webex, y había personas de todas las organizaciones del mundo dispuestas a ayudar. No pasó mucho tiempo antes de que lanzáramos el sitio interno, las cuentas de medios sociales y las páginas de donaciones benéficas, e incluso creamos productos para ayudar a generar conciencia y recaudar fondos.
Queríamos que las personas participaran, ya sea de manera presencial o virtual desde la comodidad de su hogar, y que se fijaran una distancia para pedalear como desafío propio. Por lo tanto, nuestros ingenieros desarrollaron una integración entre Strava y Webex para que cualquier persona de nuestro club Cycle4Life 2021 pudiera publicar un recorrido, y toda la comunidad de Cisco pudiera participar y celebrar sus esfuerzos.
9:30 de la mañana del sábado 21 de agosto. Nuestra aventura comenzó desde las oficinas de Cisco en Crawley con nuestra primera etapa del viaje de seis días en el que tres de nosotros cubriríamos indefectiblemente 450 millas, subiríamos más de 17 000 pies, tomaríamos un ferry y visitaríamos 6 oficinas de Cisco a lo largo del recorrido. Cada día, se unían a nosotros nuevos colegas de Cisco, nuevas caras, nuevas experiencias; todos entusiasmados por participar.
Cada día tenía sus desafíos. Sabíamos que íbamos a estar cansados, hambrientos y, muchas veces, malhumorados, pero estábamos juntos en esto ya sea durante uno o los seis días. El progreso de los primeros días fue lento y se vio obstaculizado por múltiples dificultades. Para el tercer día, estaba teniendo inconvenientes y no disfrutaba de andar en mi bicicleta, lo que coincidió con el primer día más montañoso de más de 110 millas consecutivas. Nada de esto le restó importancia a la increíble campiña de Oxfordshire durante la cosecha, una campiña perfecta. Llegamos a nuestro hotel tres horas más tarde de lo previsto, pero fue estupendo ver a Lesley de Pavelka, que nos levantó el ánimo a todos. Tuvimos una rápida cena de entrevista por vídeo y nos acostamos antes de las 22:00 horas.
Ya estábamos en ritmo. Nos estiramos, nos masajeamos y revisamos nuestro equipo antes de acostarnos, despertarnos, abastecernos de proteínas, preparar la bicicleta, armar el bolso y, por último, chequear el recorrido antes de salir. Al día siguiente, después de la primera gran vuelta, estaba nervioso. Me levanté sin saber cómo se comportaría mi cuerpo, pero todo estaba bien, solo corría una fría brisa matutina al principio. Aun así, pronto entramos en un buen ritmo y, con el paso de las millas, avanzamos de forma constante. Este fue nuestro día más montañoso. A medida que subíamos, nuestra recompensa fue la fantástica vista de la campiña inglesa; y los descensos también fueron muy gratificantes. Aunque llegamos más tarde de lo previsto a las oficinas de Cisco en Manchester, todos estábamos cansados, pero de buen humor. Revisamos las bicicletas, desengrasamos y engrasamos la cadena, guardamos las bicicletas, nos bañamos, comimos y nos acostamos.
Por suerte, el miércoles (día 5) era el trayecto más llano entre Manchester y Liverpool; sin embargo, se convirtió en uno de los más complicados debido a las pistas de grava y barro que no favorecieron a nuestras bicicletas de carretera de carbono. Al llegar a Liverpool, teníamos cinco horas libres antes de nuestro ferry nocturno, así que nos cambiamos y disfrutamos de una bebida relajante y una cena al sol antes de salir.
El viaje en ferry fue como un relámpago, y no pasó mucho tiempo antes de que nos despertara el capitán anunciando que era hora de desembarcar a las 6:30 a. m. Belfast estaba tranquila cuando llegamos al hotel, donde decidimos ducharnos, cambiarnos y prepararnos para las últimas setenta millas. Al pedalear hacia el punto de partida, tuve una mezcla de emociones: un poco de nerviosismo, emoción y tristeza por el hecho de que todo terminaría pronto. Al doblar la esquina me encontré con muchas caras conocidas que no había visto desde hacía más de dos años; iba a ser un día grandioso. Cuando salimos del Museo del Titanic, teníamos cuatro nuevas personas con las que viajar y una lenta subida por Belfast. Un desvío de última hora para recorrer uno de los lugares emblemáticos de Juego de Tronos hizo que atravesáramos espectaculares setos oscuros, y pronto estuvimos en la carretera de la costa a pocas millas de la Calzada de los Gigantes.
Terminamos cuando nos acercamos a la Calzada; David, el marido de Anastasia, se unió para esta última etapa y nos guio hasta la línea de meta. Todo el equipo nos esperaba con banderas, champán y pastel; tratamos de contener las lágrimas, ¡lo habíamos logrado! Me di cuenta de que no solo habíamos completado nuestro desafío, sino que también se nos habían unido más de noventa colegas de Cisco de todas partes del mundo, entre ellas la India, Colombia, México, Malasia, Portugal y Estados Unidos, que también querían subirse a sus bicicletas y desafiarse a sí mismos.
Pensé que, al hacer esto, disfrutaría del desafío físico y recaudaría algo de dinero para dos grandes organizaciones benéficas, pero conseguí mucho más. Cuando uno va a cuatro pulgadas de distancia de la rueda trasera de alguien más a 25-30 mph, debe concentrarse y confiar en esa persona; no puede pensar en otra cosa. Despejé la mente y me sentí relajado y feliz con la vida, pero habíamos logrado mucho más como equipo. Motivamos a otras personas, generamos conciencia, conocimos gente nueva dentro de Cisco que no habríamos conocido antes, creamos un movimiento en el que las personas quieren reunirse y pedalear más y, sobre todo, recaudamos más de 25 000 dólares para nuestras organizaciones benéficas.
Hay muchas personas a quienes agradecer, sobre todo a los equipos de Webex y Cisco, y a todos los que patrocinaron la iniciativa o contribuyeron a ella. En concreto, los principales guerreros de Webex que fueron los verdaderos héroes de esta aventura: Katie Sneddon, Kathy Keeney, Nathan Reid, Rupali Vyas y Niaobh Levestam. Ian Chard decidió que nos acompañaría todo el camino, y Ben Bunn estuvo allí desde el primer día cuando pensamos por primera vez que un recorrido en bicicleta sería una buena idea. Todos ellos contribuyeron a cambiar de manera positiva la vida de las personas. Eso no podría hacernos sentir más orgullosos. Hasta la próxima…
Vea el vídeo “Cycling for a cause from London to Belfast” (Pedaleando por una causa de Londres a Belfast):
Más información
Future Voices presenta historias de estudiantes y docentes de todo el mundo Future Voices